El viaje a Edimburgo fue mucho más que una excursión; fue una inmersión total en el inglés y la cultura británica. Durante esta experiencia, los alumnos practicaron el idioma en situaciones reales, ganaron confianza y vivieron momentos inolvidables junto a sus compañeros y profesores.

Explorar la ciudad permitió descubrir su riqueza histórica y cultural, visitando museos, castillos y paisajes naturales impresionantes. A través de actividades educativas y de ocio, pusieron en práctica su inglés de forma espontánea y divertida, mejorando su comprensión y expresión en un entorno auténtico.

Más allá del aprendizaje del idioma, este tipo de viajes fomentan el crecimiento personal, el trabajo en equipo y la independencia, convirtiéndose en una experiencia enriquecedora que va más allá del aula.